Escribiría de ti pero es que no me acuerdo.
No me mal interpretes, no es que te haya olvidado
es que el tiempo nos ha cambiado tanto.
He intentado y nada llega a mi mente
sólo el pecho golpetea y se estremece.
Lo poco que recuerdo es tu sonrisa dulce
y tus palabras honestas.
Los destellos de tus ojos
y vagamente
algunos de nuestros mejores días de primavera.
Yo me acuerdo que mi corazón se quedó postrado
esperando pero no sé qué cosa
y de pronto un día
sin saber la hora
fue como si le hubiesen dado un balazo.
Tal vez fue eso:
que al morirse se quedó sin memoria
o quizá fue la asfixia
de tantas palabras
de tanto amor con dedicatoria.
Y seguramente yo he cambiado en algo
(o en mucho, o en todo)
tanto así que es posible que al mirarme
no me reconozcas...
¿pero será que algunas noches de mí te acuerdas?
Yo sigo siendo esa mujer de pies pequeños y cuerpo delgado.
Tengo todavía la costumbre de mirar las estrellas
y escuchar música de piano.
Me gustan todavía las flores y el té chai (pero no helado).
¿Te acuerdas?
Vaya que te he extrañado
y estoy segura que aunque no te conozco
sigues siendo un bello retrato
hermoso a tu modo
e inalcanzable a mis manos.