
Con tus manos de dedos largos,
dibújame
sobre tu piel
como el pianista toca al piano.
Dibújame ahora tú
porque a mí escribirte ya no me basta,
y con tus trazos delinea el amor,
delíneame el alma.
Dibújame a lápiz, al aura, a palabras
con pincel, con los labios,
en papel o en lienzo de tela;
dibújame con las manos.