Diana Navarro

10 de agosto de 2019

Bandera

Tocarte
el alma, los sueños
el sexo y la piel.
Rozarte con la fuerza de todos los mares fluyendo
y la sutileza de la pluma de las aves.
Sin ritmo
ni forma;
es lo de menos
cuando a nuestro contacto
el mundo y nuestros corazones explotan.
Olerte, que tu esencia se me impregne
en todas partes y a todas horas.
Y que cuando me llames
cuando vengas y me ames
yo me arrebate en tu sonrisa el mundo
los miedos y todo lo que no te nombre.
Porque no quiero nada en mi vida que no te conozca.
Ni los besos que guardo en mi boca
ni el futuro que en el calendario me espera
o la música que de mi garganta brota.
Por eso
en el pensamiento
acto y poema llevarte de bandera
para que ninguna turbulencia sea nunca tan poderosa
y al caer la noche podamos recostarnos
sin más carga que las sábanas que nos guardan.
Guardarte en el corazón
en la cartera y en la mirada
para que en todo destino
puedan mis pies encontrarte.