
Comienzo a escribir una poesía, y termino escribiéndote a ti.
En cada línea, en cada letra te escribo a ti.
Y te hago poema, y te hago rima, y te hago cuento,
y te hago eterna entre mis versos.
Te escribo, te plasmo, te leo...
Te siento.
Ya no eres mujer, ni amante, ni amiga,
ya eres de mi autoría,
eres poesía.