Diana Navarro

1 de junio de 2014

Mujer que te desvistes en mí

Mujer que te desvistes en mí,
como la flor que lentamente y poco a poco va madurando.
Así yo con mi amor voy desvistiendo tu mirada,
quitando los miedos
y quedándome en tus manos.
No desnudo tu cuerpo,
desnudo tu alma
con el corazón abierto,
con mis palabras;
así, sin poner en tu piel ni un solo dedo.
Y sin estar junto a ti,
a kilómetros de distancia.
Vas quitándote las máscaras
y tu pecho se ancla a mi pecho
y no se nos terminan las ganas.
Tú, mujer,
te despojas del mundo entero
y nos fundimos en tus entrañas
al encontrarnos con el pensamiento.
No hace falta contacto
o cuerpo contra cuerpo,
es el amor más -mucho más- que eso.
Te destapas completa sin mostrarme tu seno,
no hace falta,
yo te veo,
te escucho aun sin pronunciar palabras.
Mujer que te escondes,
refúgiate en mí
que quiero ser yo
quien habite en tu pecho.
Y que mi corazón sea tu hogar,
de donde tomes fuerza
para intentar de nuevo.