Tu nombre me sabe a Luna,
a milagro y a fruta
para mis labios que lo saben pronunciar.
Yo no sé si mi amor tú recibas,
si el calor de mis versos percibas
pero esta noche, mi corazón te lo vine a entregar.
Y me quedo mirándote,
te pareces al cielo:
a veces turbio, a veces claro.
Te pareces al cielo cuando son las 4 de la mañana,
te pareces al cielo cuando son las 10,
te pareces a mis tercas manos queriendo acariciar tu cabello oscuro y castaño.
Vengo a dejarte aquí mi sentimiento
sin esperar nada a cambio,
sólo decirte que la cuenca de la Luna se parece a tus labios.