Diana Navarro

19 de julio de 2013

Me desnudo ante el espejo


En la mano izquierda el corazón,
en la mano derecha la razón;
y hago de ellos un papalote.

Tengo en cada dedo mis errores
y bajo las uñas mis anhelos;
tengo escondido entre los párpados mis rencores.

Cada poro está tatuado de defectos,
y tengo tantas virtudes
como cabellos.

Soy pasión y soy miedos.
En  mis puños la fuerza
de mis sueños.

Yo amo con el corazón, con el cuerpo,
con lo peor mejor de mí,
con poesía y con el pecho.

Tengo dudas en los senos,
tengo el futuro en el pie derecho
y mi pasado en el izquierdo.

Llevo un poquito de paz en mi cuello
y en los lunares de mi espalda ( y donde forma ya otra curva mi cuerpo)
guardo lunas para el recuerdo.

Voy de la mano con mis creencias,
con mi Fe ciega,
con mis preguntas necias.

Guardo en los ojos miradas:
buenas, malas, cansadas, desdichadas...
Tengo los labios llenos de magia.

Me llora a veces todo el cuerpo,
y en mis lágrimas se desbordan las angustias
y me vuelvo un mar por dentro.

Me desnudo ante el espejo,
me desnudo ante mí;
aprendo a conocerme por fuera y por dentro.