Podría compartir esta lluvia contigo,
decirte al oído:
me haces falta; en cada gota te necesito.
Y tú podrías decirme,
sin prisas ni pausas:
me gustaba cuando se detenía el mundo si me besabas.
Intentaría, quizá
tomar tu mano;
confesarte que aun te amo.
Hablaríamos de las cosas que nos faltaron,
de los sueños olvidados;
callaríamos el "te extraño".