Vámonos hablando sin rodeos,
sin dudas, sin prisas
sin miedos.
Que ya la vida es muy dura
como para que todavía echemos el corazón
al fuego.
Tú me quieres,
yo te quiero.
Para querernos tenemos el mundo entero.
Y ya de paso vamos a vernos con la mirada,
no con los ojos
esos ojos que siempre engañan.
Yo, mi vida
quiero ser el pensamiento
que te despierta por las mañanas.
Tú, amor de juventud y primavera
eres el aire que respiro;
lo creas o no lo creas.
Te compongo poemas
te dedico las noches
que lejos de ti me esperan.
Y dentro de esas noches
te he soñado
mil noches de luna llena.