Diana Navarro

14 de noviembre de 2013

Escultor




Es que tú llegaste en un momento de mi vida en que no te esperaba.
Mi corazón latía y yo sin existir andaba, 
pero has sido como un guardián y como una espada.

Y yo no merezco eso, eso entre milagro y magia.
Eres un misterio
que me llama a descifrarlo.

Entre líneas, o en versos,
entre tus brazos
o entre dos labios.

Sé el escultor de los miedos que a veces me asaltan,
como el artesano que con sus manos
el barro lo transforma y lo disfraza.