Diana Navarro

3 de noviembre de 2013

Invierno

Debo decirte esta noche, con toda la sinceridad de mi corazón,
que no me basta ser poeta,
que no me basta cantar
ni mirarte en las estrellas.

Porque me retumbas en el pecho,
me retumbas en las manos,
en todo el cuerpo
y en el pensamiento.

Debo confesarte, antes que el llanto me desborde se me desborde,
que te pienso, te pienso mucho,
y me faltan tus brazos en las noches,
y camino kilómetros sin encontrarte.

Yo quisiera salir corriendo y abrazarme a ti
y que se nos detenga el tiempo
o que nos brillen los ojos,
que se nos detenga el mundo entero.

Yo te confieso que mi pecho es un invierno,
que ni aquí ni allá encuentro abrigo
como el calor de tus ojos
cuando se encendían conmigo.