Diana Navarro

31 de agosto de 2013

¿Puedo enamorarme de ti?

Me tomaron por sorpresa sus brazos
de la nada me llegaron; cálidos
cubriendo mi frío,
aliviando el cansancio.

¿Puedo enamorarme de ti?
Permitirme sentir.
¿Puedes enamorarte de mí?
Ayudarme a vivir.

Y convertirte en mi dueño y esclavo
y yo ser para ti
de ti...
en ti.

Que me tiemble el corazón
si no estás a mi lado.
Que se me doblen las piernas
cuando se junten nuestros labios.

¿Será que es amor lo que me está pasando?
El tintineo en mi pecho
el sudor de mis manos.
Lo que sentí cuando me tomó en sus brazos.


29 de agosto de 2013

Poesía para dos

Y no necesito de nada para sentirte
cierro los ojos y sé que te encuentras en mí
que somos una sola;
que te vivo y quiero permanecer ahí.

Será un poema para dos:

28 de agosto de 2013

No fue hacer el amor


No fue hacer el amor
fue dejar que hablara el alma
y escuchar lo que el corazón
no puede decir con las palabras.

No fue mi cuerpo ni su cuerpo
ni esas cosas que se venden como amor
pero dejan incompletos
los sentimientos.

Y fue detener el tiempo
y en un suspiro capturar una mirada;
hacer poesía
pero sin palabras.

Fue hacer ARTE el momento:
fue amarte
mirarte
como un ser completo.

Y no fue perderme en tu cuerpo
fue encontrarme en cada curva;
que tu corazón y el mío
palpitaran al mismo tiempo.

Recostar la vida en tu pecho.
Reposar en la paz de un beso.
Revivir en una caricia
para morir y resucitar en ti de nuevo.

No fue hacer el amor
fue amarnos como nadie lo ha hecho
hasta este momento:
con la luna entre besos.

Cosquillas

No sé qué tienes en los ojos
que al puro contacto
me desvistes
me desnudas el alma.

No sé porqué cuando me miras,
cuando me hablas
me encuentro a mí misma
y en el corazón siento cosquillas.

Y me sonríe la vida,
me sonríen los labios.
La voz, las manos;
el pecho palpitando.



25 de agosto de 2013

Nocturno y adiós

Ya me lo decían todos, ya me lo decía yo:
<<perro que sirve a dos amos, a uno le queda mal>>...
a ese lo mata el desamor.
Yo sólo quiero que se salga de mi vida, de mi corazón
de mi cabeza y de mis sueños.
Que un día al despertar se me alivie el dolor.

¡Ella ha sido como la más terrible de mis enfermedades!
Y lo más triste y lo más grave, es que no hay cura.
Que si ella está mal por mentirme, yo estoy peor por creerle y amarle.

Y le pido, le suplico
y le ruego
y le imploro a Dios.

Si algo tengo que pagar
de esta y otras vidas
lo estoy pagando con su amor.

Ay, esa mujer
que es tortura y pasión
y dolor a la vez.

(Cuán hermoso hubiera sido caminar a su lado
unas horas y una vida;
una eternidad aferrada a sus manos).

La amo pero no la amo
no la puedo querer
porque uno no ama a quien le hace daño.

Nunca me he arrepentido de lo que doy
pero con el perdón del cielo
me arrepiento de haberle dado todo lo que soy.

Esta noche me entrego a mis últimos versos
que también han de ser suyos
como los minutos de mi tiempo.

Y al tiempo que le lloro a los recuerdos
le digo "adiós" 
y no hasta luego.

24 de agosto de 2013

Mil noches de luna llena



Vámonos hablando sin rodeos,
sin dudas, sin prisas
sin miedos.

Que ya la vida es muy dura
como para que todavía echemos el corazón
al fuego.

Tú me quieres,
yo te quiero.
Para querernos tenemos el mundo entero.

Y ya de paso vamos a vernos con la mirada,
no con los ojos
esos ojos que siempre engañan.

Yo, mi vida
quiero ser el pensamiento
que te despierta por las mañanas.

Tú, amor de juventud y primavera
eres el aire que respiro;
lo creas o no lo creas.

Te compongo poemas
te dedico las noches 
que lejos de ti me esperan.

Y dentro de esas noches
te he soñado
mil noches de luna llena.

23 de agosto de 2013

Callada

Se me revienta el corazón, te lo juro.
De amor, de extrañarte, de pensarte...

Y disculpa si soy atrevida al decirlo
pero me pesa hacer como que no.

Amo cada cabello que te adorna
la sonrisa de tu boca.

No te miento, se me revienta también el alma
de sentirte, saberte y tener que quedarme callada.

22 de agosto de 2013

Una vida entera

Voy a serte y a serme sincera, no con rimas, no con poesía;
 sólo voy a ser sincera.

Yo quiero compartir contigo las primaveras,
la lluvia, los días de sol y de tormenta.
Quiero en el invierno ser los brazos que te calientan,
y en el otoño correr de tu mano entre la hierba.

Cantar las canciones que se cantan en las navidades,
cantarte en mi poesía,
con mis acordes;
cantarte en las mañanas como cantan las aves.

Ser la mano que limpia tu mejilla,
o llorar contigo -de noche o de día-,
caminar bajo la lluvia,
o compartir una misma sombrilla.

Te lo juro que me atrevo,
que el amor que siento no conoce el miedo.
Que las piedras en tu espalda en el camino 
yo las quito.

Porque lo que yo quiero, amor mío,
es aprender a caminar a tu lado;
vereda por vereda,
paso a paso.

Quiero enamorarme de tu mirada todos los días,
como en otras vidas, 
como en esta;
como cada vez que me miras.

Empezar desde cero cada mañana,
y en las noches: "Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada",

mientras te contemplo embelesada.

Quiero morderte los pies
y que al tenerte cerca
se me doblen las rodillas;
de amor, de pasión, de alegría.

Amarte una vida entera,
que contigo mi vida está completa,
y vernos a los ojos
para entender que a tu lado y a mi lado el alma es plena.

14 de agosto de 2013

La silla vacía

Sé perfectamente bien que no escucharás éstas palabras,
que lo que aquí diga hará eco por dentro,
sólo por dentro.

Y no importa, son sólo palabras,
que me queman, que me inundan,
que me castigan y no fecundan.

Estás en esa silla vacía (y aquí muy adentro),
y te grito lo que siento,
y me desangro por dentro.

"Ya estás frente de mí"...
y qué te digo,
si obligo al corazón a hacerse mi enemigo.

Quieren reventarme las entrañas,
y te lloro y  te pregunto
y la silla no me responde lo que necesito.

"Adiós" te digo,
y me despido de ti,
creyendo que éstas palabras me traerán el alivio.



12 de agosto de 2013

Se me ha perdido mi rosa

Se me ha perdido mi rosa,
aquella flor caprichosa
en la que reposaba mi corazón,
mi corazón que hoy tanto llora.

No quiero otra,
ni aunque cien mil iguales hubiera,
ni aunque carecieran de espinas;
yo de mi rosa amo su semilla.

No sé si se perdió, 
no sé si se me fue,
pero el perfume que me ha dejado,
me lo dejó tatuado en la piel.

¿Y si se enreda entre las malas hierbas?
¿Qué será de mi rosa en los días de tormenta?
¿Y si el frío en los pétalos la golpea?
¿Qué será de ella en los días en que el sol intenso quema?

Que sepa mi rosa 
que en mi jardín no hay primavera.
Que sepa mi rosa
que su lugar está ubicado en esta tierra.

11 de agosto de 2013

Dibújame



Con tus manos de dedos largos,
dibújame
sobre tu piel
como el pianista toca al piano.

Dibújame ahora tú
porque a mí escribirte ya no me basta,
y con tus trazos delinea el amor,
delíneame el alma.

Dibújame a lápiz, al aura, a palabras
con pincel, con los labios,
en papel o en lienzo de tela;
dibújame con las manos.

9 de agosto de 2013

Me lleva la chingada

- ¿Todo bien? -Me preguntó -¿Por qué lloras?
- Porque me lleva la chingada -Respondí yo -Para seres locos y dolidos del alma y del corazón, caminar por las calles es un remedio maravilloso (y barato, al menos más que un psicólogo). Llorar en los camiones y mirar por la ventana ayuda a distraer los pensamientos, no hay mejor lugar para la filosofía personal.
Me miraba atenta a mis palabras.
- Me duele hasta la chingada -Seguí diciendo -Estoy hasta la chingada. Quiero irme a la chingada…o a donde no se sienta nada. Mandar todo a la chingada. Hacer lo que se me de mi chingada gana -Concluí casi a gritos y con los ojos sumergidos en lágrimas.

5 de agosto de 2013

Tengo

Tengo una lluvia que te aguarda,
un poema, un canto,
un clavel y una carta.

Tengo dedos necios que buscan tu silueta desalineada,
un silencio que me mata;
tengo un "regresa" atorado en la garganta.

Tengo en los labios éstas letras que te plasman,
palabras que te llaman,
que nadie escucha y me desgastan.

Tengo la soledad en mi cama,
acostada,
abrazándome por la espalda.


1 de agosto de 2013

Por si pasaras por aquí

Quiero escribir
por si pasaras por aquí,
lo inmensos que son los días
sin ti.

Que la noche no me alcanza para soñar contigo,
que te pienso y te escribo,
y algunas veces también
te respiro.

Quiero que sepas
cuán abrumado se siente mi pecho,
que la vida no me sabe a nada
sin tu voz; sin tu cuerpo.

Te dejo un "te extraño" por si pasaras por aquí,
para que lo sepas,
para gritártelo;
para que me lleves hasta ti al leerlo.

Y algunas veces el silencio me mata.
Me muero,
no miento;
poco a poco, lento.

Quiero que sepas tú
que sin tenerte te encuentro:
en las calles, en las aves,
en la luna...adentro.

Por si pasaras por aquí
y sientes estos versos en tu pecho (de la misma forma como yo los siento),
habrás entendido el mensaje:
ya no tenemos ni excusas, ni pretextos.