Diana Navarro

29 de noviembre de 2013

Baile de rosas


Con el paso del tiempo uno se da cuenta que el amor no es igual al sexo. 
Que sin amor, un beso no es un beso. 
Que tomarse de la mano no es lo mismo que caminar con el corazón entrelazado.

Uno se va dando cuenta que el amor no es un sentimiento
sino un principio,
y que el principio del amor es la confianza y el respeto.

Porque quitarse la ropa no es igual que entregar el alma,
ni hacer el amor es lo mismo
que tener sexo.

Y es que no se trata de meter y sacar,
meter y sacar,
sino de recibir y dar.

Porque aunque las palabras encantan,
lo que al final hablan son los hechos;
que el amor es ciego, no pendejo.

Con los días uno aprende a no ver con los ojos
sino con la mirada,
aprende que o se ama o no se ama (no hay términos medios).

Que estar enamorado no es simplemente un momento,
que aunque es un reto (y suena a cuento de hadas)
el AMOR sí es eterno.

Porque el amor es la definición de Dios más exacta,
y sin importar el credo
es lo único que estando muerto te hace resucitar de nuevo.

El amor nunca duele,
ni quita, ni impone, ni oscurece; 
alivia y repara.

Es amor dedicar la luna,
hablarse en una caricia
y tomar sus brazos como cuna.

Así, conforme pasa el tiempo, uno se va dando cuenta
que el amor es algo parecido al sabor de las cerezas,
que es un baile de rosas.

27 de noviembre de 2013

Como en los viejos tiempos.

Cierra despacio los ojos y respira bajito (muy bajito). 
Comienza a escuchar a tu alma.
Cuando sientas ese apretoncito,
ahí, entre la boca del estómago y tu pecho
sabrás que se trata de mí;
abrazándote, tu pecho contra mi pecho.
Como antes,
como en los buenos viejos tiempos.

24 de noviembre de 2013

Milagros

- Me queda sólo esperar un milagro -Le dije con los ojos inundados en lágrimas y la mirada perdida.
- ¿Un milagro de qué? -Me preguntó a pesar de que ya sabía la respuesta.

- Un milagro para que vuelva, para que se dé cuenta. Para que cuando se toque el pecho ahí me sienta y entonces sepa que yo soy el lugar el lugar que siempre espera. Y voy a llegar hasta la luna...
- ¿Cómo harás eso? -Me interrumpió antes de que pudiera terminar -¿Cómo llegarás hasta allá?

- Con poesía -Le dije -Y si no funciona entonces empezaré a cantar, una canción tras otra hasta que mi voz pueda escuchar.
-¿Entonces así es como se llega a la luna? -Preguntaba y volvía a preguntar.
- Sí, así. Con poesía y música...y un poquito de magia para no fallar -Respondí.
- ¿Y cómo se llega a su corazón? -Preguntó y yo no tuve nada con qué contestar. Nos quedamos en silencio unos minutos y yo no dejaba de llorar.
 -Sabes, tienes razón. La luna está a 384.400 km. de distancia, su corazón solamente a 2 -Le dije mientras me temblaba el alma de dolor -¿Entiendes qué quiere decir eso? -Le pregunté esta vez yo.
- No -Respondió.
- Que paradójicamente de mí está más cerca la luna que su amor. De eso hablan los milagros: de las locuras que es capaz de cometer a veces el corazón.


20 de noviembre de 2013

Rayito de sol

Yo quiero regalarte una poesía,
sin esconder nada,
en mi idioma;
déjame regalarte esta osadía.

Para decirte...no gran cosa,
que te he hecho suspiro,
que te pienso
a todas horas.

Me recuesto en la cuenca de tu sonrisa
brillante como luz de luna,
a veces plena,
a veces rota.

Y voy a decirlo de una vez:
tengo miedo de este sentimiento,
de sentirte aquí
pero saberte lejos.

Voy a regalarte mis versos
en un rayito de sol, 
para que llenes de mí cada poro,
para que no te olvides de mi amor.


14 de noviembre de 2013

Escultor




Es que tú llegaste en un momento de mi vida en que no te esperaba.
Mi corazón latía y yo sin existir andaba, 
pero has sido como un guardián y como una espada.

Y yo no merezco eso, eso entre milagro y magia.
Eres un misterio
que me llama a descifrarlo.

Entre líneas, o en versos,
entre tus brazos
o entre dos labios.

Sé el escultor de los miedos que a veces me asaltan,
como el artesano que con sus manos
el barro lo transforma y lo disfraza.

11 de noviembre de 2013

Habla el corazón


Habla el corazón
cuando sin querer los labios sonríen de más,
cuando me tiemblan las manos
y para no acercarme a tu boca
tengo que morderme los labios.

Da la sensación de estar en el cielo
cuando estoy en sus brazos,
y se detiene el mundo entero,
y estar ahí es seguro;
y la vida se me desborda ahí a su lado.

Como a jardín de rosas huele su cabello,
su voz, su acento,
la sonrisa y su aliento,
como un secreto a voces
que no se silencia en mi pecho.

Habla el corazón y dice tu nombre.


3 de noviembre de 2013

Invierno

Debo decirte esta noche, con toda la sinceridad de mi corazón,
que no me basta ser poeta,
que no me basta cantar
ni mirarte en las estrellas.

Porque me retumbas en el pecho,
me retumbas en las manos,
en todo el cuerpo
y en el pensamiento.

Debo confesarte, antes que el llanto me desborde se me desborde,
que te pienso, te pienso mucho,
y me faltan tus brazos en las noches,
y camino kilómetros sin encontrarte.

Yo quisiera salir corriendo y abrazarme a ti
y que se nos detenga el tiempo
o que nos brillen los ojos,
que se nos detenga el mundo entero.

Yo te confieso que mi pecho es un invierno,
que ni aquí ni allá encuentro abrigo
como el calor de tus ojos
cuando se encendían conmigo.