Diana Navarro

21 de junio de 2020

Roto


No era yo quien lloraba
era mi corazón dejándote ir.

Tumbado en el piso
lo acompañó mi cuerpo también.

Todos mis sentidos
mis fuerzas, mi fe y mi voz.

Dispuestos junto a él
y su dolor.

Dolor como el que deja la muerte:
asfixiante, paralizante, desgarrador.

Adentro todo roto
la vida vendrá después.