Diana Navarro

30 de octubre de 2017

Un pie tras otro

Si te acuerdas de mí -algún día-
por mero accidente,
porque alguien ajeno repite cercano a ti mi nombre veinte veces
a otra que no se me parece
o porque el silencio abrupto te coloca en la memoria
el olor de las flores que más me gustan,
sigue delante.
Un pie tras otro
un amor tras otro;
como siempre.
No importa qué te dicte el corazón.
Cuando la memoria traidora se arrebate
hazle como siempre:
entiérrame viva
donde ni el propio dios pueda encontrarme.
Debes hacerlo así
porque de otra forma
mi cuerpo no te dejaría de clamar todas las noches inconclusas
y mis ojos te mirarían hasta perforarte la piel y los huesos.
No hay otra manera
sino
nuestras miradas encenderían hasta el infierno
...pero cuál infierno conoce el hombre y Aligheri
si tú y yo ya hemos ido y vuelto a él.
No importa
vete adelantando
y si me extrañaras por error y yo a ti
(demasiado)
le hacemos como siempre
y de poco a poco nos olvidamos.