Eres para mí como la estrella más bonita y más grande:
inalcanzable, perdida,
en otros brazos;
en otros cielos lejana.
Eres de mis noches el silencio,
no te descifro ni por error,
ni el reloj me marca las horas,
ni pasa el tiempo en mi habitación.
Y soy yo invisible ante tu corazón,
ante el ego que es más grande
y le pone las fronteras al amor;
a mi amor.
No puedo darte nada,
aunque quisiera entregarte el mundo en una mirada,
aunque todo quiero,
me quedo con mis ganas.
