Diana Navarro

29 de mayo de 2016

La sonrisa de tus ojos

¡Ay, si yo pudiera
mantenerte dentro de mis besos!
Con esa sonrisa tuya
que te prende la mirada
que te enciende el pecho;
como a mí.
Y sé que se te alebresta el alma
hasta sentir que pierdes el control de las palabras
que fuertes me quieren decir
que si no eres conmigo
y yo no soy de ti
no tiene forma ni sentido la vida que nos tocó vivir.
Si tan solo pudiera arrebatarte al tiempo
que te aparta
que me aleja
y nos separa.
¡Insolente el reloj y calendario!
Él no sabe que lo que es amor no tiene fin.
Ay, la sonrisa de tus ojos
que te delata
porque cuando nos miramos
sabemos que nuestro sitio es ahí.
Que somos dos cuerpos hechos a la medida
dos corazones en un mismo latir.
Y es que tienes soles, no pupilas
y en tu voz la dulce brisa
que me acaricia cuando tu voz es para mí.
Aunque estemos en sitios distintos
cuando te miro también mis ojos me traicionan.
¡Ay, si pudiéramos amarnos así!

7 de mayo de 2016

Hasta aquí llegamos.

Contigo llegué hasta donde pudimos llegar:

Unos cuantos coqueteos, palabras al viento
miradas de misterio.
No puedo darte otra cosa
no sabes, no quieres.
Y yo no quiero ser imprudente
al amarte como tú no vas a amarme,
ni quererte en mis amaneceres,

No te culpo
no tienes porqué recibir mis flores
ni las canciones que te canto,
yo asumo que llegué tarde a tu vida
y que al día siguiente debes irte temprano.

Por eso hasta aquí llegamos
sin la prisa ni mis arrebatos de querer caminar de tu mano
de hacer (y deshacer) la cama a tu lado.
O besarte a la distancia
y perderme en tu mirada
luego de besos colmarnos.

Hasta aquí te quise.
Hasta aquí te sigo.
Hasta aquí te escribo.
Hasta aquí llegamos.