Diana Navarro

23 de diciembre de 2013

El secreto más bonito del mundo


Extraño tus manos, 
los abrazos prolongados que me han abrigado. 
En medio de la tristeza,
en la alegría, 
en un mar de llanto.

Te extraño a ti,
no hay nadie que me llene la vida,
que me viva,
que me haga sonreír
y enojarme a la par.

Nadie.
Yo soy un alma perdida,
casi vacía.
Sin nada que decir
teniendo tanto para contar.

Extraño tu sonrisa,
el olor de tu cabello,
la caricia de tus dedos,
el sonido de tu canto,
tu manera de caminar.

No existe en mis ojos ese misterio
que se esconde al mirarte,
como si en las pupilas
guardáramos el secreto más bonito del mundo;
y sólo tú lo pudieses descifrar.

Te extraño,
y no me alcanzan ni mil años
para el amor que me tengo que callar.
Porque aunque me muerdo los labios
mis poemas te han de hablar.